Hasta que la estrategia y las tácticas modernas llegaron al fútbol, distribuyendo el espacio a proteger o defender, posicionando en cada sitio a jugadores especialistas con unas dotes y capacidades técnicas específicas para cada puesto, repito antes de todo esto la forma de jugar era muy parecida a una rehala de perros sobre la pieza de caza, en este caso “la pelota”.
Pelota que era objeto de patadas a modo de mordiscos, patadas efectuadas sin ton ni son en una melé de jugadores con la cabeza gacha observando la pelota de vez en cuando para no sacarla de la melé, algún jugador, en ese festival de patadas erraba el tiro y la patada la recibía un contrario o uno del mismo equipo.
Este periodo legislativo, (corto pero no inútil, pues ha confirmado que el interés común ha desaparecido en esta legislatura para algunos partidos) ha sido lo más parecido a una campo de fútbol decimonónico, ese campo de fútbol con equipos sin estrategia de juego sin tácticas en el que sólo se jugaba dando patadas a diestro, siniestro y centro.
En esta legislatura, dos partidos se han dedicado a agachar la cabeza, esconderla detrás del escaño y tratar la confianza dada por los ciudadanos como ese balón, a patada limpia.
Por el contrario, otros dos han jugado en equipo, han intentado jugar con la pelota para meterla en la portería (simulando esa portería un pleno de investidura), han tratado de sacar a este país de este callejón sin salida como solo se hacen las cosas cuando uno solo no puede “aunando esfuerzos”.
No entendieron algunos que los ciudadanos, los votantes decidieron que este partido lo deberían jugar dos equipos, dos equipos con ganas de jugar, con ganas de ganar a la inacción. Y así lo entendieron PSOE y C´s.
Con el acuerdo al que llegaron, el primer equipo ya estaba hecho a falta sólo de un portero que guardara la meta, que asegurara la portería, que no le metieran goles al equipo. Pero algunos querían poner como capitán a alguien que no tenía capacidad y carisma para serlo. Y como portero ya le habían metido demasiados goles, la defensa iba a jugar siempre mirando detrás, sin seguridad.
Pues bien, entre los codazos y zancadillas, patadones y tentetiesos que algunos han utilizado como estrategia y táctica de juego han terminado por aburrir al respetable, y los otros, aquellos que esperaban que con el comienzo del juego les llegase el balón para meter gol y ganar el partido aún están esperando que el equipo contrario ingrese al campo. El público al final se ha aburrido y con razón lanzan las almohadillas en señal de desaprobación por el espectáculo demostrado.
Sólo se debe esperar que sepan quien ha sido el mejor central, el mejor delantero, aquellos que estaban dispuestos a jugar con el balón, aquellos que repartieron juego, que sepan también, quienes se han dedicado a echar balones fuera, a jugar al patadón y tiente tieso hasta colar el balón en la grada.
En este segundo tiempo, en el campo, solo deben estar los jugadores que quieren jugar que reparten juego, luchan y pelean por cada pelota y que estan dispuestos a volver atrás para recuperar un balón perdido y para eso se tiene una segunda oportunidad, se tiene un segundo tiempo.
Este segundo tiempo se jugara el próximo 26 de junio, queda mucho tiempo para pensar la estrategia, la táctica a seguir pero debe haber un punto en común, un objetivo meter el balón en la portería en definitiva hacer un ¡Gol! Y eso no se consigue con el equipo incompleto.